HISTORIA DE UN NICA

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Niños nicaragüenses

Mario, mi marido y padre de mi hija Marián, nació en un pueblito del Occidente de Nicaragua llamado El Viejo. Su padre, Don Eduardo, era analfabeto y su madre, Doña Cecilia, había logrado graduarse de primaria y como toda mujer nicaragüense llevaba en sus genes la fortaleza necesaria para sacar solita a sus hijos adelante, sin necesidad de la ayuda de su esposo.

Doña Cecilia con sus hijos Mario y Migdalia Justina

Conocida como doña Chila, la mamá de Mario era una mujer como las de antes, de las que les aguantan a los hombres carros y carretas. Don Eduardo no tenía el vicio del tabaco, ni era borracho, pero eso sí, era ¨arrecho” a las mujeres y al juego. Poco después de casarse con Doña Cecilia, se unió a otra mujer del pueblo, cuyo nombre era Rosa, y sin aportar ni un centavo a las familias que había formado, se pasó la mayor parte de su vida entregado al juego y a su otro deporte favorito: el de preñar a sus dos mujeres. No sé cómo Doña Cecilia pudo aguantarle tanto a mi suegro, pero lo cierto es que después de su muerte Doña Chila duró solo un año. Ambos eran octogenarios cuando fallecieron.

Siempre me ha resultado difícil comprender que Mario recuerde tan poco de su infancia. Lo que me cuenta es que un día su madre lo tomó de la mano, y casi en volandas, se lo llevó a la Plaza Mayor del Viejo, donde su papá estaba cortejando a su amante Rosa. Doña Cecilia, dice Mario, no parecía la mujer pequeñita y menuda de siempre; se había transformado en una leona; no había quien la venciera ese día en que agarró a Rosa por los pelos y por poco le arranca el cuero cabelludo. Dice Mario que su desconcierto lo hizo reaccionar llorando a lágrima viva, y que nadie le echaba cuenta.

A pesar de todos sus esfuerzos, Doña Cecilia no logró su deseo, al cual, creo yo, aspiramos todas las mujeres del mundo, de ser la única; compartió a Don Eduardo con Rosa durante años y años, y le tuvo cuatro hijos. Rosa le tuvo tres.

El caso de la familia de Mario no es el único en Nicaragua, donde el hombre es por lo general irresponsable. Las mujeres son fuertes, padre y madre a la vez, no se amedrentan si el hombre las deja. Es un hecho, que la mayoría de mujeres en Nicaragua son madres solteras; lo paradójico es que el machismo imperante en la sociedad también nos afecta a nosotras las mujeres, quienes como educadoras somos las transmisoras de los valores machistas que a la vez rechazamos; así es que el círculo vicioso jamás se rompe. Mario siempre ha querido bien a sus medios hermanos, y los ha favorecido cuando le han venido a pedir ayuda.

Sí, se me ha hecho difícil entender porqué Mario no recuerda casi nada de su infancia, pero la verdad es que debió sufrir mucho. Sus padres eran pobres, no tenían casa propia y tenían que vivir posando aquí y allá, así que si unimos todo esto al hambre que pasaba y a las peleas que imagino se entablaban en casa por la infidelidad paterna, no creo que a Mario le quedaran muchas ganas de recordar. Dice Mario, que había veces cuando su pobre Madre no tenía nada que darle a él y a sus hermanas de comer, así que en esos días el único alimento que ingerían en su casa era un vaso de ¨tibio¨ (maíz molido diluido en agua caliente).

El único hermano varón de Doña Cecilia, Don Julio, había tenido suerte, pues con un dinero que había heredado, se compró una finca de muchas hectáreas, y la sembró de algodón y ajonjolí. Los años cincuentas fueron considerados como la década dorada para los agricultores de Occidente. Don Julio tecnificó su finca, y vivía como un terrateniente. Compadeciéndose Don Julio de su hermana, le dio terreno en un punto remoto de su propiedad, le regaló gallinas, chanchos, y una vaca, y allá Mario y sus hermanas pasaron el resto de la infancia e inicio de la adolescencia, gozando de la naturaleza, bañándose en el río, comiendo los frijoles y el arroz que sembraban, y de vez en cuando, en días especiales, hasta se daban el lujo de almorzar carne, cuando Doña Cecilia mataba una gallinita.

Escenas típicas del campo nicaragüense

Aunque en el campo no pasaban hambre, Doña Cecilia estaba casi siempre sola, pues mi suegro se iba al pueblo y regresaba cuando le ¨roncaba la gana». No era bueno que una mujer viviera sola en el campo, además Mario ya tenía 11 años y nunca había pisado una escuela. Como Doña Cecilia había saboreado el tesoro del saber, quería que sus hijos estudiaran, y fue así que un buen día se marchó de la finca con rumbo al pueblo, en compañía de sus chigüines (niños). Cuando Mario entró a la escuela, tuvo que empezar desde cero, como todo parvulito. Sus compañeritos tenían 5 o 6 años. Debió sentirse mal al verse junto a niños tan pequeños, pero Mario cuenta que le gustaba mucho aprender.

Mario fue por primera vez a la escuela a la edad de 11 años

Desde sus más tiernos años fue consciente de que en el Viejo no había futuro. Como Mario quería seguir estudiando, su mamá le dijo que buscara trabajo en una desmotadora de algodón para ayudarse con sus estudios. Doña Cecilia se había comprado una máquina de coser y con lo que ganaba como costurera ayudaba a sus hijas y a Mario a financiar sus estudios.

Muchas madres nicaragüenses han sacado a sus hijos adelante con una máquina de coser

A mediados de los años 60, la situación política de Nicaragua empeoraba de día en día. El asesinato de Augusto Calderón Sandino en 1934, víctima de una trampa mortal tendida por el gobierno norteamericano en contubernio con el jefe director de la Guardia Nacional, Anastasio Somoza García, estaba comenzando a dar frutos.

Augusto Calderón Sandino General de Hombres Libres

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Augusto_C%C3%A9sar_Sandino

Anastasio Somoza Debayle, hijo de Anastasio Somoza García. La dictadura Somocista fue derrocada en 1979 con el triunfo de la Revolución Sandinista

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/somoza_debayle_anastasio.htm

No hay muerte altruista que no genere vida, y en los años 60 el panorama político nicaragüense se estaba poniendo al rojo vivo. Dos partidos se habían alternado históricamente en el poder: el liberal, y el conservador, las llamadas “ternas históricas”, pero en los años sesenta se funda un partido que se había venido fraguando desde hacía años, el FSLN o Frente Sandinista de Liberación Nacional, cuyo ideólogo principal fue el hoy conocido como ¨Tayacán Vencedor de la Muerte”, Carlos Fonseca Amador.

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/f/fonseca_carlos.htm

Fonseca y otros rescataron la figura de Sandino, y aunque el Sandinismo no existía en vida de Sandino, decidieron bautizar a este nuevo movimiento político con su nombre; el Frente Sandinista compartía muchos de los ideales de Sandino, entre ellos, el nacionalismo, y la no injerencia yanqui en los asuntos internos de Nicaragua.

En el Viejo vivían dos hombres, Narciso Cepeda, a quien todos conocían por Chicho, y Germán Pomares, ambos pobres, ambos casi analfabetos; a Veces trabajaban como jornaleros, y otras, como obreros industriales. Ambos además, eran líderes naturales. Dice Mario que Germán Pomares era un hombre cabal, alegre, servicial, a quien todos querían. Fue Germán quien comenzó a hablarle a Mario de la realidad que vivía Nicaragua.

German Pomares, líder popular en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Germ%C3%A1n_Pomares

La familia de Mario era de porte conservador, pero sobre todo era anti somocista. Un buen día, Mario, junto a un amigo del pueblo, David Blanco, quien después llegaría a ser famoso Comandante Guerrillero, se embarcó en un viaje del cual no habría retorno: El viaje de la lucha, y de la clandestinidad.

Foto de Mario tomada semanas después del triunfo de la Revolución Sandinista en 1979

Dice Mario que Germán Pomares le explicó a cabalidad a lo que se exponía, pero que en aquellos tiempos lo normal era meterse a guerrillero, pues el mero hecho de ser joven y estudiante era ya un delito bajo la dictadura de Somoza. Mario fue enviado a Cuba junto a David Blanco. Allá hicieron su carrera militar.

Foto histórica en la que aparece Carlos Fonseca Amador, abajo en el centro, junto a importantes cuadros de mando del Frente Sandinista, quienes estudiaban su carrera militar en Cuba. Mario aparece a la izquierda de Carlos Fonseca. 1972.

Me pregunto cómo fue que Mario pudo incorporarse a sus estudios militares con las lagunas pedagógicas que debía tener. Hubieron otros que no lo lograron y fueron enviados de vuelta a Nicaragua. Lo admiro por su gran ansia de superación; lo compadezco, por no haber tenido una niñez feliz, por no haber podido gozar de su adolescencia, era un chaval cuando se metió a guerrillero. Ya después de casados, me he sorprendido al verlo disfrutar con películas televisivas casi infantiles, y me brotaba la ternura.

Como nota aclaratoria añadiré que Augusto César Sandino fue el iniciador de una guerra de guerrillas contra los marines norteamericanos, quienes desde 1912 se habían aposentado en Nicaragua. Aunque los Marines fueron y vinieron, no fue hasta el año 1933, y gracias a la acción de Sandino y de su pequeño ejército loco, que por fin, y para siempre se retiraron de Nicaragua.

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Nicaragua, un país que con dignidad ha tomado las riendas de su propio destimo

6 opiniones en “HISTORIA DE UN NICA”

  1. Me ha sorprendido el día de hoy 8 febrero 2018, con esta historia que escribió Carmen de mi persona, Mario edelberto Torres. Rueda. Que es producto de nuestra convivencia de 25 años. Gracias Carmen Gonzales.

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  2. Carmen, cuando mi papá me mandó el enlace de tu reportaje el 8 de Febrero, no me imaginé que era una breve historia de él, escrita por vos. Hasta hoy 17 de Febrero es que la estoy leyendo, y hoy a mis 37 años me doy cuenta de esa parte de la historia de la niñez de mi papá y de cómo entró al FSLN. Me gustó mucho tu reportaje, y me interesó. Muy buena redacción y conducción de la historia y referencia de los héroes y mártires de nuestra Nicaragua.

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    1. Muchas gracias Maria. Es importante que los hijos sepan de sus padres y abuelos. Esta historia sobre la niñez y adolescencia de tu padre la escribí basándome en lo que él me ha contado, que no ha sido mucho. La publiqué con su permiso, para que ustedes la transmitan a sus hijos, y que sepan de dónde vienen. Que sirva también para ayudarlos a comprender a su papá. Gracias por tu comentario, Maria, que me hace sentir la misma emoción que tú sientes.

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